En el ensayo de su boda, los nervios le juegan una mala pasada al muchacho, quien  confunde sus votos y hace un desastre.

Humillado huye hacia un oscuro bosque cercano donde comienza a practicar los votos ante los árboles hasta que le salen a la perfección:

"Con esta mano disiparé tus tristezas

tu copa nunca estará vacía, ya que yo seré tu vino.

Con esta vela iluminaré tu camino en la oscuridad

con este anillo te pediré que seas mía"

Y para darle el toque final , coloca el anillo de bodas en una ramita seca, que resulta ser el dedo del cadáver de otra novia,  Emily, que surge de las profundidades de la tierra revivida por ese acto, de lo que ella piensa es amor.

Así, Víctor descenderá con ella y su perrito Sobras al mundo de los muertos, que resulta ser mucho más colorido y mucho más entretenido que el de los vivos.